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No debe engañar al visitante el hecho que su exterior posea un aspecto austero, pues la concatedral acuña distintos estilos arquitectónicos en sus diversos espacios de preciada belleza.

De hecho el claustro más antiguo, que data del siglo XV, fue realizado originariamente en estilo gótico y su construcción se basa en los planos de Agustín Bernardino, discípulo aventajado de Juan Herrera.

Te sorprenderá la esbelta cúpula del interior de la concatedral, pues posee grandes proporciones gracias a sus 45 metros de altura. Destaca en especial la capilla de la Comunión, que está considerada como uno de los máximos exponentes de la belleza barroca española. Del mismo estilo arquitectónico, se encuentran las portadas del claustro y la capilla de San Nicolás, patrón de la ciudad. Dicha capilla acoge la imagen del santo y fue realizada por el maestro Juan de Villanueva.

El conjunto arquitectónico consta, además de la iglesia, de una antesacristía y sacristía, una sala capitular y un claustro de forma cuadrangular. En el S.XVIII se erigió la capilla de la Comunión de planta de cruz griega, que resalta del conjunto debido a la decoración. En la parte baja de la concatedral sorprende encontrar el busto-relicario de la alicantina Santa Felicitas escoltada a ambos lados por los copatronos San Roque y San Francisco Javier.

A modo de curiosidad, el visitante también puede apreciar el precioso órgano del Siglo XVI que se considerada como el más antiguo de la comunidad valenciana. La concatedral conserva además preciosos retablos de grandes artistas de los S.XVI-XVII.

Si lo necesitas, no dudes en aparcar tu vehículo en nuestro aparcamiento público Saba de la avenida Maisonnave que se encuentra a pocos metros de la Concatedral de San Nicolás.